El cuento policial en la Argentina entre 1860 y 1910
Capítulo de Libro
Autoría:
SETTON, ROMAN PABLOFecha:
2013Editorial y Lugar de Edición:
Adriana HidalgoLibro:
El candado de oro: 12 cuentos policiales argentinos (1860-1910) (pp. 5-28)Adriana Hidalgo
ISBN:
978-987-1923-23-6Resumen *
Hacia 1914, cuando el orden universal comienza a parecerse más al caos que al orden, la literatura policial inicia una etapa (ante todo, en el ámbito de habla inglesa) que ha sido denominada la ?era dorada? del género, período que se extiende hasta 1939. En esos años, proliferaron los decálogos y otros textos programáticos que promovieron limitaciones cada vez más estrictas y explícitas, alentaron la rígida causalidad de la premeditación minuciosa y el predominio absoluto de la razón, capaz de concebir el crimen (casi) perfecto y de restablecer el orden ante cualquier eventualidad, iluminando el desarrollo de los sucesos extraños. En un género que gira en torno a la violencia criminal y la indagación del delito, se prescribió la total prescindencia de la representación de la violencia. En un mundo que parecía salirse de quicio, se desarrolló una variedad del género cercada por reglas que restringían incluso la mínima transgresión. En contraste con este período el texto discute el relato policial anterior a la aparición de esta normativa que fue incrementando sus limitaciones. En particular nos detenemos en su desarrollo en la literatura argentina, en las narraciones policiales de Carlos Monsalve, Carlos Olivera, Eduardo L. Holmberg, Paul Groussac, Horacio Quiroga, Vicente Rossi (cuyos relatos policiales fueron publicados en Córdoba), Félix Alberto de Zabalía, etcétera. Estos textos, compilados en el libro, son discutidos a la luz de los condicionamientos políticos y sociales contemporáneos. No casualmente el inicio del género en la Argentina en 1877, año en que se publica La huella del crimen (la primera novela policial argentina), coincide con la inauguración de la Penitenciaría de Buenos Aires, establecimiento que, "entrelazando nociones de castigo con promesas civilizatorias", fue símbolo de un proyecto que depositó en esta nueva institución "las expectativas más optimistas de la agenda ilustrada". Ya en 1853 la Constitución había consagrado la abolición de la tortura, los azotes y la pena de muerte por causas políticas. Luego de estas modificaciones respecto de la persecución y el castigo de delitos, prosiguió la unificación jurídica fundamental en 1860 y, posteriormente, se sancionaron un Código de Comercio (1863), un Código Civil (1869) y un Código Penal (1887); en todos los casos, precedidos por largos debates en el ámbito de la opinión pública. Estos cambios en los diversos ámbitos de la vida, junto con el abrupto crecimiento de la población argentina desde 1870 hasta 1915, debido en gran parte a la ola inmigratoria que se prolongó hasta el comienzo de la guerra en 1914, habrían de traer variaciones también en las prácticas delictivas y policiales; y, ante todo, en el imaginario social respecto del crimen. En El asesinato de Álvarez, Eduardo Gutiérrez ha dejado constancia de los cambios en la percepción del crimen y de las prácticas policiales en la Buenos Aires de finales del siglo XIX. Dentro de este marco, discutimos los relatos policiales presentados, sus características comunes, sus peculiaridades, la concepción del crimen y de la ley, las peculiaridades de la figura del detective, y, ante todo, algunas diferencias concretas respecto de la tradición posterior. Artículo de 5657 palabras. Información suministrada por el agente en SIGEVAPalabras Clave
Relato policialHolmberg, Eduardo L.Rossi, VicenteSiglo XIXQuiroga, HoracioPolicial argentinoZabalía, Félix Alberto