LITERATURA Y POLÍTICA. TENTATIVA CRÍTICA SOBRE DAVID VIÑAS
Tesis
Autoría:
CRESPI, GERARDO MAXIMILIANOFecha:
01/01/2008Resumen *
David Viñas es –qué duda cabe– uno de los ensayistas críticos más importantes de la Argentina. Su reticencia a ser etiquetado bajo el apelativo de “crítico literario” puede ser ligada además a la naturaleza misma de su producción en tanto su prolífica obra ha abordado –a lo largo de casi cinco décadas de producción ininterrumpida– el teatro, el cine y la historia, la literatura y la política, el campo intelectual y la cultura popular. Mucho más si se tiene en cuenta que la separación entre crítica y creación aparece fuertemente cuestionada en una obra que abarca ensayos signados por una importante carga ficcional, pero también relatos, novelas, aguafuertes, obras de teatro, guiones de televisión y de cine en que la dimensión crítica resulta abiertamente expuesta. Más aún: en un caso análogo pero inverso a lo que ocurre con la obra de Ricardo Piglia, cuando los ensayos de Viñas se intenta identificar al crítico lo que se descubre es al escritor: lo vemos tanto en la imaginación histórica que opera como motor de su ficción crítica como en el modo en que sus ensayos ejercitan una retórica corporizada en un teatro de situaciones. No obstante, y pese al carácter precursor de su obra en lo que respecta a la formulación eficaz de una crítica de corte marxista que excede los límites del mecanicismo –al que otrora sucumbiera una parte importante de los lánguidos intentos esbozados a manos de la ortodoxia orgánica–, pese al interés objetivo que traducen sus ensayos cuando interrogan críticamente los modos de construcción institucional de una cultura nacional y pese a la manera en que –por ejemplo, en Indios, ejército y frontera [1979]– se anticipa y supera el modelo de investigación de los llamados “estudios culturales” en la Argentina, la obra crítica de Viñas –salvo raras excepciones– ha sido objeto, por parte de sus pares, o de una tibia indiferencia o de una adulación complaciente y muchas veces acrítica. Las causas de ese desleal abandono hay que buscarlas tanto en la propia obra de Viñas como en la espectacularidad de su autofiguración. Por un lado habría que coincidir con Nicolás Rosa en que tanto en la virulencia de sus enunciados como en la beligerancia de su enunciación, la crítica de Viñas traduce una suerte de amenaza solo conjurable con el olvido o la indulgencia. La de Viñas es una crítica que, montada en una retórica beligerante y de denuncia pública, se dirige también a las morales de una crítica académica que ha resignado, en la adopción [aceptación] de una moral de lenguaje impuesta [es decir, en la resignación de la escritura], todo deseo de intervención pública. Pero también habría que pensar, en los contenidos de su crítica, por un lado, cierta ilegítima [inaceptable] requisitoria moral [de moralista] a la literatura; por otro, la misma pero esta vez legítima –porque se trata de un discurso, de un pronunciamiento y una toma de posición intelectual– requisitoria moral [de moralista] respecto de la crítica de sus pares. A eso, y coincidiendo con un apunte de Alberto Giordano, cabe que agregar que la obra de Viñas ha sido intensamente condicionada, acaso como ninguna otra en la tradición nacional, por la figura de su autor, quien continua y deliberadamente lleva adelante una política de sí que insiste en cristalizar una imagen de escritor polémico, irascible y provocador, definido más bien por un “modelo guerrero” (que, cuando encuentra otro con ideas diferentes, tiende a identificar a ese otro con el enemigo ideológico –de su clase o de la clase a quien él ha donado su compromiso–, obligándose a combatir con él hasta vencerlo o descubrirse vencido), provocando en muchos casos la adscripción irreflexiva [¿a sus enunciados? ¿a su modo de enunciación? ¿a su figuración?] o el ciego y no menos sintomático rechazo de su producción crítica. En este trabajo, que a la vez que cumple con la expectativa de una requisitoria académica, hay implícito un vaivén: el que remite a la indecisión [o a la decisión desgarrada] de seducir y asesinar a un padre. Pero hay también en él la voluntad de plantearse y hacer propios una serie de problemas y dilemas de difícil pero inevitable asunción en el comienzo de un proyecto crítico. Lo que implica, desde ya, escribir con convicción pero con una convicción no exenta de cierta inquietud, y sin dejar de pensar también a la propia institución crítica como algo problemático. En este sentido, conviene tener presentes los tres modos de afiliación del ensayo crítico planteados por Edward Said: la relación del ensayo con su objeto, la intención del ensayo y las ocurrencias producidas en el ensayo mismo. Sobre estos tres puntos, el trabajo crítico de Viñas responde comprometiéndose políticamente. En torno a la relación del ensayo con su objeto, hay que subrayar que la crítica de Viñas no valida en ningún caso sus enunciados remitiéndolos a los textos literarios como si estos fueran el lugar de la verdad. No se trata de un comentario. No es un “discurso segundo”, subsidiario o dependiente de un “discurso primero” [la literatura] en el cual encontraría su valor o su verdad última. Se trata de una consciente elección por una ficción crítica que no oculta en modo alguno su dimensión creativa en el despliegue de lo que Beatriz Sarlo ha acertado en llamar “imaginación histórica” ni tampoco el compromiso con una intención. En la intención del ensayo hay que pensar, por lo memos en lo que respecta a Literatura argentina y realidad política, en el comienzo de un proyecto crítico intelectual, la voluntad de intervención y la voluntad de estilo [de escritura] en un movimiento proporcional al descubrir y denunciar un cierto poder de la literatura siendo ejercido en la articulación misma entre literatura y nación por parte de la burguesía. Por último, en torno a las ocurrencias del ensayo, es decir, en lo que el ensayo tiene de búsqueda y de encuentro con lo inesperado, pese a las afiliaciones teóricas expuestas de diversos modos y con diversas estrategias por Viñas [pienso en Goldmann, Escarpit, Lukacs, Sartre, Bachelard o, más recientemente, Williams y Said], la ficción crítica logra una articulación singular entre historia literaria e historia política Información suministrada por el agente en SIGEVAPalabras Clave
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