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Proceedings. XII Reunión Argentina de patología veterinaria. - Leucoencefalomalacia y bocio en un feto equino en el noroeste argentino

Congreso

Autoría:

Colque Caro L.A. ; Olmos L. ; Aguirre S. ; Avellaneda A. ; Sanz, I. ; MICHELOUD, JUAN FRANCISCO

Fecha:

2025

Editorial y Lugar de Edición:

INTA

Resumen *

En noviembre de 2019, se detectó un aborto en un lote de 5 yeguas de polo preñadas en la localidad de El Carril, Salta, Argentina. La yegua no manifestó ningún signo clínico de enfermedad previo al aborto y no hubo retención placentaria. El servicio fue realizado por monta natural y la preñez confirmada por ecografía. El feto tenía 285 días de edad gestacional siendo la fecha estimada del parto el 5 de diciembre del mismo año. Durante toda la gestación, las yeguas, se mantuvieron encerradas a corral alimentadas con heno de alfalfa de buena calidad. En los meses 5, 7 y 9 de gestación se aplicaron vacunas contra rinoneumonitis equina y un complejo vitamínico inyectable (A, D y E). No se registraron movimientos de animales fuera del establecimiento ni se produjeron ingresos de equinos externos en ningún momento. Tras la detección del aborto se remitió inmediatamente el feto completo y su correspondiente placenta al laboratorio del Servicio Veterinario Especializado de Diagnóstico INTA-Salta. Se procedió a realizar la necropsia, se tomaron muestras para estudio histopatológico y microbiológico de rutina. El feto abortado era macho, tenía una longitud de corona a grupa de 70 cm, pesaba 17 kg y se encontraba conservado con leve autolisis. Presentaba pestañas, escaso pelo en la crin, la punta de la cola y algunos pelos finos y cortos cubrían la cabeza, cuello y partes distales de las extremidades. La piel de la región torácica, abdominal y la cara abaxial de las extremidades, tenían piel fina y totalmente alopécica. Las características externas del feto, revelaron un escaso desarrollo para la edad gestacional en la que se encontraba. Se observó palidez de la musculatura esquelética y cardíaca. La tiroides, presentaba visible incremento de tamaño y pesaba 13,7 g. La relación entre el peso tiroideo-peso corporal (PT/PC) fue de 0,80 g/kg siendo lo normal 0,31 g/kg PT/PC según registros bibliográficos. El hígado se encontraba congestivo, con bordes redondeados y áreas pálidas en el lóbulo lateral izquierdo. El encéfalo se encontraba reblandecido, de consistencia gelatinosa y fluctuante. La corteza cerebral mantenía su arquitectura, aunque las circunvoluciones tenían un aspecto aplanado. Contrariamente, la sustancia blanca, estaba reblandecida con presencia de abundantes focos hemorrágicos peri e intralesionales. Los tejidos restantes no presentaron lesiones de relevancia. Microscópicamente, se identificaron extensas áreas de leucoencefalomalacia con múltiples focos de hemorragia y rarefacción tisular. En las capas profundas de la corteza cerebral, cercanas a las lesiones de malacia, se observaron neuronas con citoplasma esinofílico, tigrólisis y núcleos picnoticos, satelitósis, neurofagia y eventuales células de Gitter. No se observaron infiltrados de células inflamatorias. En la glándula tiroides se identificaron de forma generalizada folículos tiroideos pequeños y muy irregulares en tamaño y forma, con escaso contenido de coloide de color pálido en su interior y proyecciones papilares hacia la luz folicular. El epitelio tiroideo presentaba células columnares altas de citoplasma eosinófilo abundante, núcleos redondos a ovalados de posición variable. En muchos folículos se identificó epitelio estratificado. En intersticio se observó una gran cantidad de vasos sanguíneos repletos de sangre en el estroma glandular. No se detectaron alteraciones de relevancia en ningún otro tejido evaluado. Los cultivos bacteriológicos de rutina fueron negativos para bacterias de interés. Se llegó a un diagnóstico parcial. Por un lado, claramente el feto presentaba bocio hiperplásico difuso congénito probablemente como resultado de la carencia de yodo que es endémica en la región. En cuanto a la leucoencefalomalacia observada, no se pudo concluir la causa. Se descartaron agentes bacterianos habituales y se conservan muestras para posteriores estudios. A nivel mundial, la frecuencia de abortos en equinos se estima entre el 8% y el 19% y la eficiencia diagnostica de los abortos no alcanza el 40%. Esto podría deberse a la alta incidencia de abortos de etiología no infecciosa (entre 51,8% y el 69,9%) observada en yeguas. Entre las causas no infecciosas se incluyen agentes físicos, genéticos/cromosómicos, nutricionales, químicos, inducidos por fármacos, hormonales, entre otras. En el Noroeste Argentino, la principal causa de hipotiroidismo y bocio en humanos y animales es la deficiencia primaria de Yodo, aunque existen pocos antecedentes de hipotiroidismo congénito en equinos tanto a nivel regional como nacional. El único caso del que se tiene registro, data del año 1986 donde se documentó hipotiroidismo y bocio en yeguas y potrillos en la provincia de Salta. Sin embargo, en ese caso, no se habían documentado aspectos patológicos de la enfermedad. En este caso, el incremento del tamaño tiroideo fue evidente, aunque es un hallazgo considerado poco habitual en equinos. Más del 90% de las glándulas tiroideas de fetos y potrillos muertos con lesiones severas de bocio, presentan tamaño normal o solo presentan leve agrandamiento. Por este motivo debe realizarse de forma rutinaria el análisis histopatológico de las glándulas tiroides en equinos. Información suministrada por el agente en SIGEVA

Palabras Clave

equinoendocrinologiaPatología veterinaria