Resumen
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La localidad de Copahue, en la provincia de Neuquén, se emplaza sobre uno de los campos geotérmicos más grandes del país. La existencia de dicho campo está estrictamente vinculada a la actividad volcánica presente en la zona, cuya principal expresión es el volcán Copahue, ubicado a sólo 6 km al suroeste de la localidad homónima y en erupción desde finales de 2012 (Caselli et al., 2016). Dado su particular emplazamiento, la depresión donde se encuentra la localidad presenta numerosas manifestaciones hidrotermales, tanto gaseosas como de aguas termales, que incluyen fumarolas, lagunas de fangos y aguas burbujeantes calientes (Agusto y Velez, 2017). Muestreos sistemáticos realizados durante la última década revelan que las emisiones gaseosas presentan temperaturas que superan los 90°C y están compuestas mayormente por vapor de agua, dióxido de carbono (CO2), ácido sulfhídrico (H2S), nitrógeno (N2) y metano (CH4), mientras que las aguas termales, con temperaturas que superan los 60°C, presentan composiciones ácidas sulfatadas (Agusto et al., 2013; Gaviria Reyes et al., 2016). Las manifestaciones termales presentes en la zona de Copahue proveen un recurso que es explotado económicamente, representando la principal actividad de la villa. Cada año, principalmente durante el período estival, la localidad recibe miles de visitantes, los cuales se acercan en busca de los servicios recreativos y terapéuticos que desde 1983 ofrece el complejo de balneoterapia allí presente. Cabe destacar que la totalidad de la infraestructura y viviendas en la villa están vinculadas a esta actividad turística, ya sea de manera directa (por. ej, hosterías, casas de alquiler, comercios) o indirecta (por ej., viviendas empleados Complejo Termal). En el año 2018, miembros de la comunidad de Copahue expresaron su preocupación por la presencia de nuevos puntos de emisión gaseosa en el área, algunas de ellas incluso debajo de sus viviendas. En respuesta a ello, el Grupo de Estudios y Seguimiento de Volcanes Activos (GESVA) del Departamento de Ciencias Geológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y perteneciente al Instituto de Estudios Andinos Don Pablo Groeber (IDEAN, UBA‐CONICET), en colaboración con el Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV) del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), y el International Center for Earth Sciences (ICES) de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), deciden iniciar un proyecto de investigación con el objeto de dar respuesta a la problemática, y avanzar en la caracterización del peligro e impacto vinculado a las emisiones gaseosas en la localidad de Copahue. De manera paralela, resultados presentados por Lamberti et al. (2019) demostraban que el campo geotérmico de Copahue libera gases no sólo a través de fumarolas y aguas calientes, sino también de manera difusa a través del suelo. Según esta investigación, la desgasificación difusa es responsable de la emisión, de forma invisible y silenciosa, de más de 100 toneladas de CO2 por día hacia la atmósfera. Además, esta desgasificación no tiene lugar de manera uniforme a través de toda el área de Copahue, sino que se concentra en algunos sectores de la localidad. Esto presupone un motivo extra de alerta ya que, dadas una serie de combinaciones geológico‐ambientales, este elevado flujo de CO2 podría dar lugar a concentraciones nocivas, e incluso mortales. Casos como este han sido identificado en otras áreas volcánicas, pobladas, del mundo (por ej., archipiélago de las Azores, Portugal; Baxter et al., 1999), conformando complejos escenarios de riesgo. Aunque al día de hoy aún no se comprende en detalle el efecto a largo plazo de los gases presentes en ambientes volcánicos, las consecuencias más conocidas en el corto plazo van desde la irritación e inflamación de ojos y tracto respiratorio, dolor de cabeza y debilidad muscular, hasta cuadros más severos como convulsiones, pérdida de conciencia y asfixia (Hansell and Oppenheimer, 2004). En respuesta a esta problemática planteada por parte de la comunidad de Copahue, y alertados por los resultados previamente mencionados, en febrero del 2019 se comenzó a elaborar una evaluación de la peligrosidad asociada a la emisión de gases volcánicos en esta localidad, la cual continuó en febrero de 2020. Se hizo un estudio geoquímico de los gases y se llevó a cabo un relevamiento para evaluar el impacto de las emisiones gaseosas volcánicas sobre las edificaciones. Esta primera etapa del trabajo sentó las bases de esta evaluación, dio lugar a una serie de resultados preliminares y reveló nuevos desafíos y pasos a seguir, con el objeto de brindar información de utilidad y relevancia que permita mejorar la calidad de vida de los miembros de la comunidad de Copahue, y los miles de turistas que visitan la zona anualmente. El presente informe condensa los resultados preliminares de los estudios realizados en la localidad de Copahue durante febrero de 2019 y 2020. Asimismo, se presenta un análisis sobre la evolución de las fumarolas ubicadas en la ladera que se encuentra inmediatamente al sur de la urbanización, las cuales presentaron variaciones durante el año 2021. Por último, se plantea una segunda etapa de estudios a realizar que permitirán aportar nuevas medidas tendientes a la mitigación de los efectos adversos de estos procesos.