dossier: La plástica del espacio religioso. El uso de pintura mural como articulador del aparato ornamental de los templos americanos, siglos XVI-XVIII
Articulo
Autoría:
REY MÁRQUEZ, JUAN RICARDOFecha:
2021Editorial y Lugar de Edición:
Bibliographica Americana: Revista Interdisciplinaria de Estudios Coloniales, Biblioteca nacional Mariano MorenoRevista:
Bibliographica Americana: Revista Interdisciplinaria de Estudios Coloniales, Biblioteca nacional Mariano Moreno Bibliographica Americana: Revista Interdisciplinaria de Estudios Coloniales, Biblioteca nacional Mariano MorenoResumen *
La construcción de templos católicos durante los siglos XVI al XVIII fue una de las principales acciones del dominio europeo en América. Esto se debe a que los procesos de evangelización de naturales respondían al ejercicio del imperium en territorio americano y para tal fin era necesario aderezar los templos con el decoro necesario para el culto católico. Por ello se echó mano de la pintura mural para dotar a los templos con pinturas, ornamentos e incluso mobiliario. De esta manera, la pintura mural cumplió la función de un articulador del espacio que podría designar funciones de culto?como el lugar del baptisterio o el altar- representar discursos morales o asuntos de historia sagrada, o transformarse en materiales diversos a la manera de un trampantojo, para dotar a las techumbres de coloridos motivos e incluso a los muros de ricas colgaduras textiles y baldaquinos. Este último caso de transformación plástica, en el caso de las pinturas religiosas, llega incluso a la imitación de marcos y molduras basados en modelos de carpintería.Mucho se ha discutido sobre el uso provisional de la pintura mural, pues en el caso de los llamados Altares de Humildad se sabe que fueron de uso extendido mientras se realizaba el mobiliario definitivo, en su mayoría, en madera dorada y policromada. Por ello, se conservan detrás de los altares ?definitivos? las trazas de los pintados con su imitación de estructuras de arquitectónicas con sotabanco, banco, sagrario y nichos para las imágenes. No obstante, desde que se empezaron a realizar trabajos de restauración integral del patrimonio eclesiástico hispanoamericano hacia la segunda mitad del siglo XX, se encontraron pinturas con fines decorativos (textiles, yeserías, azulejos), arquitectónicos (casetones, columnas, pilastras, nichos) e incluso ilusionista, como se enlistó anteriormente. La riqueza de tales trabajos, así como los múltiples estratos en los que se pueden encontrar tales pinturas, lleva a pensar en que la decoración mural lejos de ser provisional formaba parte del aparato ornamental de los templos, llegando a ser renovada quizá para acompañar las celebraciones del calendario litúrgico. Información suministrada por el agente en SIGEVAPalabras Clave
Pintura muralTemplos AndinosPlástica espacio religioso