L’écriture de l’histoire selon Alberdi
Book Chapter
Authorship:
FUNES, PATRICIA GRACIELADate:
2011Publishing House and Editing Place:
Presses de la Sorbonne NouvelleBook:
Juan Bautista Alberdi et l’indépendance argentine. La force de la pensée et de l’écriture (pp. 173-191)Presses de la Sorbonne Nouvelle
ISBN:
978-2-87854-559-3Summary *
El siglo XIX está atravesado por intensas sensibilidades hacia el pasado. Y no pocas polémicas sobre sus formas, contenidos y misiones, en relación con la inteligibilidad e idiosincrasia de las nacionalidades. Quizás su representación más sólida en cuanto a las legitimidades fuera la Historia, que –sin embargo- aún pugnaba por despojarse de otras narraciones. En América del Sur, las fuerzas “fatales” que desataba la independencia y la construcción de un orden alternativo a la situación colonial, imponían al pasado responsabilidades que a veces sólo el futuro podía saldar. El significado histórico de las revoluciones de la independencia, la “libertad externa”, en términos de Juan Bautista Alberdi, se explicaba conforme al “movimiento del progreso” y “la obra de civilización del siglo”. Sin embargo, las dificultades de alcanzar la “libertad interna”, a su juicio pendiente hasta la organización nacional, se entendían por un pasado demasiado vital para ser considerado mero pasado e –incluso- historia. Herencia para unos, rémora para otros, imponía costumbres, sociabilidades y también maneras de ejercicio del poder (fueran unitarias o federales) que dejaban incompletas cuando no traicionaban el impulso original de las revoluciones de la independencia. El historicismo romántico rioplatense, y quizás con mucha más profundidad el pensamiento de Juan Bautista Alberdi, se hallaba así entre coordenadas difíciles de resolver: la historia se volvía imprescindible a la vez que extemporánea. Alberdi, más arquitecto que cronista, se sumerge en ese pasado a menudo áspero e ingrato, pero decisivo para la organización nacional. A lo largo de medio siglo y en relación con cada deriva de la política, se pueden leer en su obra las preguntas a las que somete al pensamiento ilustrado, romántico, saintsimoniano o de la economía política, que elige y descarta (“ningún libro es un destino” ni “un ensayo un testamento”), formuladas desde un autoctonismo fuertemente histórico. También, en cada caso, los énfasis que el polemista considera urgentes y las provocaciones e inversiones de dicotomías ya establecidas y aún perdurables. Así, no duda en hacer de Gaspar Rodríguez de Francia un legítimo heredero de Mariano Moreno, filiar los caudillos a las ciudades y no a la barbarie rural, considerarlos representantes de la democracia y de la república y a su vez adjudicar a la “democracia inteligente” las causas del despotismo. Discute los tipos ideales del Facundo de Sarmiento (“el primer libro de historia que no tiene ni fecha, ni data para los acontecimientos que refiere”) y los cinco mil documentos para apoyar las cinco mil exageraciones de la más ambiciosa Historia de Belgrano de Mitre, reunidos por el autor, “sólo para emanciparse de ellos ya que los documentos de libertad se muestran con frecuencia indisciplinados y, tirando hacia la democracia bárbara.” Y cuando ha desandado las peripecias de ese pasado del que quiere desembarazarse subordinándolo al imperio de la ley, el derecho, el orden, la materialidad y los hechos, impone sus conclusiones políticas: si los libros no son destinos, quizás sean más apreciables el agricultor o el inmigrante laborioso a los letrados y gobernantes. Vapores y locomotoras, “los más poderosos agentes revolucionarios de este siglo”, liberan a los pueblos de Sudamérica de dos tiranías tan hostiles al progreso como el yugo colonial: el espacio y el tiempo. A partir de esas convicciones lee la historia de la región, confiando que serán los sujetos que terminen por saldar el camino trazado por la libertad, completando los designios de la revolución y conjurando las trabas de la organización. Despedir la etapa heroica y épica de las guerras de la independencia, dejarlas atrás, justamente como patrimonio de la historia y no de la política, nos parece que es el sentido de su inmersión en ese pasado mucho menos espectral para Alberdi que para Sarmiento y mucho menos heroico que para Mitre. A nuestro juicio, lo anterior se advierte de manera elocuente en los dominios de las biografías que escribe: la temprana de Manuel Bulnes y la ya madura del empresario William Wheelwright (1876), es decir, elige a nuestro juicio muy conscientemente, biografías de contemporáneos. Consideramos que la historia para Alberdi se encuentra en una encrucijada entre la filosofía y política, entre el pensamiento y la acción (entendida como la construcción de libertades inseparables de una forma histórica del Derecho) ideas y realidad, que no sintetizan fácilmente en una filosofía de la historia sólo providencialista, ni en un “historicismo de medios e iluminismo de fines.” ¿Cómo y para qué y quiénes se escribe la historia para Alberdi? ¿Cuáles son los sentidos y pasiones que la prohíjan? ¿Cuál es el significado y el sujeto de la revolución? ¿Frente a qué interlocutores va argumentando su interpretación del pasado, sus explicaciones y enigmas? El objetivo de la presentación será historizar esos nudos del pensamiento alberdiano a partir de algunas de sus obras, a nuestro juicio, representativas de los problemas que hemos planteado, a saber: Fragmento Preliminar al estudio del Derecho, Biografía del General Don Manuel Bulnes. Presidente de la República de Chile, Del Gobierno de Sudamérica según las miras de su revolución fundamental, Belgrano y sus historiadores y Facundo y su biógrafo y La Vida y Los trabajos industriales de William Wheelwright en la América del Sur. Information provided by the agent in SIGEVAKey Words
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